martes, 1 de junio de 2010

Solo Son Robots Que Caminan?


Vernor Vinge, a los 62 años, puede considerarse uno de los pioneros en la inteligencia artificial, lo que da una idea de la corta vida que tiene esta rama de la ciencia. En una entrevista reciente advirtió sobre los riesgos y oportunidades que una inteligencia artificial electrónica puede ofrecer a la humanidad. Actualmente, Vinge es un profesor universitario jubilado. Ha enseñado matemáticas e informática, y es un (excelente por cierto) autor de ciencia ficción. Es muy conocido por su manifiesto publicado en 1993 sobre lo que el llama la “singularidad tecnológica”, es decir, el punto en que la inteligencia artificial alcanzara el grado de desarrollo de la inteligencia humana. Vinge, 14 años después sigue creyendo en esa posibilidad, y arriesga como fecha probable algún momento de la década que comienza en 2020. Hace ya 10 años, en mayo de 1997, Deep Blue le gano una partida de ajedrez a un oponente humano. Esto no tendría nada de particular si el humano no hubiese sido el campeón Gary Kasparov. A primera vista, podría pensarse que Deep Blue es una súper IA (Inteligencia Artificial). Pero Vinge no opina lo mismo. Deep Blue es un ejemplo de fuerza bruta aplicada a resolver un problema concreto, a base de hacer millones de pruebas y seleccionar la mejor alternativa posible. La maquina de IBM seria incapaz de, por ejemplo, distinguir un humano de otro, algo que hasta un niño puede hacer. La IA que menciona Vinge en su escrito de 1993 es una más flexible, que no esta enfocada en un problema en particular, si no que, como hace su contrapartida orgánica, pueda brillar en cada dimensión intelectual y creativa. Vinge supone que esta singularidad puede alcanzarse tan pronto gracias a los avances en el hardware, cada vez mas y mas poderoso y barato; el software, con algoritmos genéticos sumamente eficientes; y sobre todo, con Internet, que puede servir de vinculo a muchas “inteligencias” menores desperdigadas a lo largo de la Tierra, que mediante la red pueden aportar su “granito de arena” a la inteligencia total. La aparición d una IA de esta magnitud provocaría cambios muy espectaculares en nuestro mundo físico, gracias a los avances de la robótica. Sobre la posibilidad de realizar modificaciones en nuestros genes para proporcionar a nuestros descendientes un coeficiente intelectual mas alto, de forma de que la inteligencia humana este por delante de la IA, Vinge se muestra escéptico: “No creo que a largo plazo la biología puede competir con el hardware”. Quizás, la mejor estrategia de supervivencia como raza sea tomar algo de ambos mundos. La biología es fuerte en algunos aspectos como la reproducción, y el hardware es mejor en cosas como manipulación de datos y manejo de información. ¿Serán nuestros descendientes una mezcla de ambas cosas?

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